viernes, 28 de diciembre de 2007

Nacidos del gran árbol

En el principio de los tiempos la noche y el día no habían surgido. El mundo estaba en completo desorden. Había mucho calor porque en el cielo se observaba constantemente la luz intensa de dos soles, cuando uno se ocultaba, el otro salía.

Cierto día se preparaba en la tierra una gran fiesta y Kopecho, una mujer hermosa, se dijo:

-Voy a invitar a uno de los soles a la fiesta para que baile conmigo.

Sol recibió la invitación.

-Iré pero no bailaré, sólo observaré y disfrutaré de todo lo que preparen para la fiesta.

Mientras tanto Kopecho había preparado una enorme fogata. Cuando la fiesta estaba de lo más animada Kopecho comenzó a bailar frente al fuego, movía sus caderas sin parar provocar al sol.

El sol apretaba con fuerza los dientes y decía entre labios:

-¡Qué mujer más hermosa, qué cuerpo, y qué cabello...!

El sol se levantó y se abalanzó sobre Kopecho, y extasiado con la belleza de la mujer no había visto que detrás del fuego se encontraba un enorme hoyo repleto de carbones encendidos. El sol no pudo agarrar a Kopecho porque ella lo esquivó y cayó al hoyo. Todos miraron asombrados y mudos por lo sucedido. Sol había caído y estaba todo blanco de las cenizas pero sin sufrir daño alguno.

-Estoy acostumbrado al calor por eso no me he quemado– dijo sol gritando desde el fondo con voz gruesa de trueno.

Se levantó y sus pasos se dirigieron hasta donde estaba Kopecho.

-¿Qué haces Sol? ¿Por qué me miras de esa manera?

Sin darle tiempo a nada, Sol la agarró por la cintura y la lanzó al agua. El cuerpo de Kopecho fue a dar a las profundidades y salió saltando, y desde ese día se escucha el croac, croac de su canto cerca de las lagunas y manantiales.

Sol con su aspecto blanco por la ceniza de los carbones y sus ojos rojos como la brasa volvió al cielo, pero con menos brillo y se transformó en la luna.

Desde ese tiempo existen el día y la noche. El sol, de mayor brillo, alumbra de día y calienta el día y la luna, más opaca, lo hace de noche y alumbra de manera muy suave el sueño de los yukpas que cada noche los lleva a lugares fantásticos.


Los yukpa, son una comunidad indígena de la familia lingüística Caribe, esto significa que la lengua que hablan se parece a las de las otras comunidades que habitaron los extensos territorios del amazonas y el Caribe. Yukpa, quiere decir gente, del mismo modo que el nombre de muchos otros pueblos indígenas. Por ejemplo, wayúu, añúu, warao, que también significan gente.

La presente versión fue recopilada por Alexander Hernández en un taller con maestros en la Comunidad Yukpa de Sirapta, en la Sierra de Perijá al Occidente de Venezuela. La autoría de estos cuentos y mitos pertenece al pueblo Yukpa.




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